martes, 31 de agosto de 2010

Notivecinos: Un espacio de Comunicacón de la parroquia



10.- “Dios concede la victoria a la constancia” escribió una vez el Libertador en momentos cuando las calamidades lo agobiaban. Esta misma frase pudieran estar utilizándola Lourdes Ibarra Ramos, Enrique De Armas y Daniel Alberto Moreno, quienes a fuerza de tesón y de perseverancia lograron constituir en poco tiempo el periódico Noti Vecinos, vocero de la comunidad de La Candelaria.

De una hoja volante surgida por la necesidad de comunicar en tiempos de las asociaciones de vecinos y del alcalde Ledezma, surgió este periódico mensual, reconocido por los habitantes del sector y punta de lanza de las transformaciones que se llevan a cabo en las diferentes organizaciones que operan allí.

Naciendo con Dos Semanas

Lourdes Ibarra es la voz que más se oye dentro de este colectivo dedicado a la elaboración de este medio de comunicación. Sus travesuras en el periodismo nacen de su pasantía por el diario La Religión, a donde llegó para investigar los diferentes aspectos que lo llevaron a declinar en su popularidad y en su aceptación dentro del público lector.

El escozor periodístico no desapareció con el cierre de ese diario. Ese fulgor que encierra el mensaje escrito la llevó a constituir en 1999 una revista llamada Dos Semanas, conjuntamente con Daniel Alberto Moreno y Enrique De Armas. Allí quisieron dar a conocer al público todo lo concerniente a la constitución que nacía en ese momento y que transformaba a los ciudadanos en participantes activos del nuevo proceso político social de la nación.

Dos Semanas era patrocinado por el Sindicato Nacional de Empleados Públicos de la Biblioteca Nacional. Sus temas llamaban a la discusión de los artículos propuestos, de las mejoras que podían sugerirse, de los cambios esperados con esta nueva ley fundamental y de todo lo sucedido en el país en ese entonces.

Fue en medio de ese proceso que optaron por disputarle la asociación de vecinos a los partidarios del alcalde Ledezma en La Candelaria. Lucharon contra los impedimentos burocráticos impuestos por esa alcaldía para evitar su arribo a esa directiva, contra el acoso de quienes estaban en la misma y se impusieron basados en la constancia.

La votación popular les fue favorable y se alzaron con la dirección de esa organización vecinal. Venía entonces la necesidad de informar a sus vecinos de los planes a realizar, de las trabas impuestas por la alcaldía y por los seguidores para que no alcanzaran sus metas.

Con pocos recursos e iniciándose en estos menesteres, no podían pensar en otra cosa que en una hoja volante con información condensada, pero que llegara a la mayor cantidad posible de personas.

Se sentaron alrededor de una mesa, escogieron las informaciones, diseñaron el formato y le pusieron por nombre Noti Vecinos. La primera edición fue de 500 ejemplares de una página oficio impresa por ambos lados.

Fue insuficiente. La gente la pedía y no quedó otra alternativa que llevarla a las paredes. Para ello escogieron dos lugares donde pudieran colocarla para llamar la atención de los caminantes y permitirles el tiempo suficiente para enterarse de lo acontecido en su zona de residencia.

Después llegó el crecimiento. No era ya una página impresa sino dos. Ahora eran más las informaciones, más el tiempo dedicado a esos quehaceres, más dinero y más ejemplares, pero también más lectores y mayor responsabilidad. Los enemigos del proceso saboteaban reiteradamente rompiendo la información adosada a las paredes y era necesario más trabajo, más calle y mayor esfuerzo.

Fue así como deciden contactar con los empresarios de la zona, a quienes presentan una solicitud de colaboración para costear los gastos, a cambio de mencionarlos como patrocinantes.

El crecimiento sigue y las páginas blancas y negras tamaño doble carta se transforman en un periódico tabloide, con colores resaltantes y 2 mil 500 ejemplares de circulación. Surgen nuevos colaboradores y el leer Noti Vecinos es casi una costumbre de los habitantes de La Candelaria.

Poco después le otorgan un premio nacional para la comunicación alternativa con el compromiso de mantenerse y de continuar la lucha, a pesar de la ausencia de recursos. Ya el patrocinio de los comerciantes había mermado paulatimente, en la misma medida en que el periódico se identificaba con el proceso de cambios.

Sin embargo, nunca se paró la impresión. Otros organismos sustituyeron a los comerciantes de la zona y el grupo fue creciendo y consolidándose. Se dictaron cursos de perfeccionamiento en periodismo comunitario y se recibieron otros similares. También orientación respecto del manejo del lenguaje, de fotografía, diagramación y hasta se tuvo un programa radiofónico que se espera retomar en la radio Comunitaria 91,7 FM.

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Trabajo comunitario

Lourdes Ibarra cuenta que el devenir del periódico les ha traído satisfacciones y aliados. En este momento tienen a un grupo de estudiantes de periodismo de la Universidad Católica Andrés Bello que marchan codo a codo con ellos para la elaboración de este medio alternativo.

Ellos reciben las informaciones, las procesan y enriquecen el periódico en sus últimas ediciones. También se relacionan con las comunidades, intercambian conocimientos y se integran en un proceso de colaboración mutua que hasta el momento ha funcionado.

Con esta interacción el acercamiento de los miembros de la comunidad es un hecho. Falta por hacer y se está haciendo, y sólo el trabajo diario y la reacción popular dirá si se está realizando la labor necesaria en pro del cambio dentro de las comunidades.

Igor García/Ciudad CCS

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